Siempre interesada en la agricultura orgánica y viendo un nicho para promocionar los productos de la biodiversidad de la región amazónica, Carolina Sánchez fundó en 2007 la empresa Shanantina, con sede en Perú, para trabajar con productores de sacha inchi. “Había oído hablar de las propiedades del sacha inchi y decidí aprender más y trabajar con él”, explica. Esta planta produce frutos con grandes semillas comestibles que suelen tostarse o prensarse para obtener una parte líquida, un aceite rico en omega 3 y 6, y una parte sólida, que se extrae para obtener una harina rica en proteínas. Shanantina la utiliza para elaborar aperitivos de varios sabores, complementados con ingredientes como la sal de las minas amazónicas y azúcar orgánica. La empresa también se ha diversificado hacia el procesamiento de cúrcuma, cacao y yuca, todo mientras desarrolla y aplica políticas formales de sostenibilidad, igualdad de género y no discriminación.
Shanantina, que emplea en su fábrica a 15 personas (nueve de las cuales son mujeres) y trabaja con productores, (60% de los cuales son mujeres), se fundó sobre el principio de ser una empresa sostenible. Esto significa integrar prácticas ecológicas con un firme compromiso de apoyo a las comunidades locales. “Damos prioridad a la preservación de la biodiversidad de la Amazonía, al tiempo que garantizamos un comercio justo y el empoderamiento económico de nuestros productores, muchos de los cuales proceden de comunidades rurales e indígenas”, afirma Carolina. “La sostenibilidad no es solo una práctica, sino un valor fundamental que guía nuestra producción, desde el abastecimiento de materias primas hasta la entrega de productos de alta calidad”.
El empoderamiento de las productoras forma parte integral de la misión de Shanantina de apoyar el papel vital que desempeñan las mujeres en la preservación de los conocimientos ancestrales y la promoción de prácticas sostenibles en sus comunidades. Shanantina incorpora prácticas ancestrales en sus procesos, especialmente en el cultivo y la recolección de ingredientes como el sacha inchi y el cacao. Se emplean métodos tradicionales para el enriquecimiento del suelo, la selección de semillas y la rotación de cultivos, los cuales no dañan el medio ambiente y mejoran la calidad nutricional de los productos. Dichas prácticas se combinan con técnicas modernas para mantener los niveles de calidad y seguridad.
Empleo de prácticas en materia de género y sostenibilidad
Shanantina promueve activamente la igualdad de género, empoderando a las mujeres en su cadena de suministros y ofreciéndoles salarios justos, oportunidades de formación y funciones de liderazgo. En materia de sostenibilidad, se destacan los métodos de producción ecológicos, la reducción de residuos y el apoyo a proyectos de conservación de la biodiversidad en la región amazónica.
La empresa ha recibido numerosos premios por la calidad de sus productos, su gestión innovadora y su enfoque de sostenibilidad. La empresa ha invertido en una serie de certificaciones de comercio justo y orgánico que se alinean con sus valores y revisten importancia para sus clientes internacionales. Aunque son costosas, estas inversiones han impulsado la credibilidad de la empresa y le han permitido acceder a mercados prémium, exportando primero a Europa a partir de 2014, luego a Japón y Taiwán, y ahora a Estados Unidos y Canadá. Tras participar en el salón SIAL en 2022, la empresa firmó un contrato con un cliente estadounidense por la suma de 44 000 dólares. La diversificación de su base de clientes ha reducido la dependencia de Shanantina de un único mercado, garantizando un crecimiento constante y resiliencia.
Carolina atribuye al proyecto Mujeres en el Comercio (WIT) de TFO Canadá la mejora de la visibilidad de Shanantina y su preparación para los mercados mundiales. “Nos proporcionó formación, oportunidades para establecer contactos y herramientas para comprender mejor los requisitos del mercado canadiense”, señala. Este apoyo fue decisivo para participar en ferias comerciales como el SIAL Canadá, que le permitió a Carolina conocer clientes potenciales de distintas partes del mundo, y en la “Retail Week”, que ha dado lugar a negociaciones con una empresa canadiense y otra japonesa. “Consideramos que Canadá es un mercado prometedor y estamos explorando activamente oportunidades para establecernos allí”, añade. “Como nuevo producto aperitivo para el mercado, hay que dar a conocer sus propiedades y desplegar una gran campaña de promoción”. Una señal positiva en el sentido anterior es un reciente pedido por 22 500 dólares de un comprador canadiense para una nueva línea de productos (harina de sachi inchi) desarrollada para el mercado canadiense. “Esto nos obligará a acelerar el montaje de nuestra línea de productos en polvo, ya que hemos estado subcontratando el servicio”, dice Carolina. “Con suerte, podré encontrar financiamiento a tasas bajas para empresas dirigidas por mujeres”.
Con base en su experiencia en exportaciones más allá de las fronteras de Perú, Carolina tiene un valioso consejo para otras mujeres propietarias de empresas que deseen internacionalizarse: “Comprendan la importancia de las certificaciones y el cumplimiento, ya que abren puertas a los mercados internacionales. Construyan redes sólidas, aprovechen proyectos comerciales como el WIT y nunca dejen de aprender sobre las tendencias del mercado y las necesidades de los clientes. Y lo más importante, manténganse fieles a sus valores y dejen que estos guíen sus decisiones empresariales”.