La industria canadiense de la confección ha enfrentado fluctuaciones considerables en los últimos años, en mayor parte generadas por la pandemia de la COVID-19. En 2019, las ventas minoristas alcanzaron un pico de 37,2 miles de millones de dólares canadienses. Sin embargo, el impacto de la pandemia en 2020 causó un descenso dramático hasta 28 mil millones de dólares, principalmente por causa de la cuarentena y los cambios de los hábitos de los consumidores. No obstante, el sector comenzó a recuperarse en 2021, con un repunte de las ventas hasta 33,5 miles de millones de dólares, seguido de un resurgimiento en 2022 hasta alcanzar los 40,4 mil millones de dólares. Para 2023, el mercado tocó un techo histórico de 42,1 miles de millones de dólares, lo que se interpreta como un crecimiento robusto y y señal de resiliencia.