Aprovechando la rica tradición tejedora en Suazilandia

Entrelazando tradición con innovación, la empresa Gone Rural promueve un nuevo modelo de empresa social para empoderar a las mujeres en comunidades rurales. La compañía apoya a unas 750 mujeres artesanas en Suazilandia que producen colecciones de primer orden de canastas y artículos de mesa tejidos a mano con hierba Lutindzi de origen local y otras fibras naturales. Los resultados son impresionantes. Los artículos hechos a mano de Gone Rural se exhiben en salas de exposición de diseño en todo el mundo, incluso en Canadá a través de Ten Thousand Villages y and Far and Wide Collective. Cuando Gone Rural comenzó su trabajo en la década de 1960, las mujeres de Suazilandia se consideraban menores de edad bajo la ley. Con un fuerte compromiso con las mujeres y el crecimiento orgánico, la empresa se apoya en la creatividad para fundar cambios en las comunidades rurales.

TFO Canada conoció de Gone Rural por primera vez a través de nuestra asociada Kathleen Holland durante una feria comercial en Johannesburgo, Sudáfrica. Despues  de  ver la calidad de los productos de Gone Rural, la empresa fue seleccionada para participar en el programa de diseño Design Africa de TFO Canada. En el marco del Programa, Gone Rural pudo trabajar con expertos en comercio y diseñadores de toda África y recibió apoyo empresarial y  pudo darse a conocer en mercados internacionales. “Los materiales de marketing que produjeron estaban muy adelantados a su tiempo e hicieron justicia a nuestro trabajo. Realmente renovaron nuestra marca”, expresó Julie Nixon, Directora General de Gone Rural. Design Africa también patrocinó a Gone Rural para asistir a una serie de ferias comerciales internacionales, incluyendo la feria Ingarda en Sudáfrica y la feria de diseño SIDIM en Canadá en 2007. Este despliegue ayudó a aumentar las ventas y la presencia de la compañía en los mercados internacionales.

“El 90% de nuestras mujeres indican ser las principales responsables de las decisiones en su casa económicamente, frente a un 38% a nivel nacional.”

La clave del modelo de Gone Rural es la flexibilidad. Con el objetivo de llevar al mercado los artículos de artesanía, Gone Rural parte de las habilidades artesanales tradicionales con que cuentan las mujeres y les enseña nuevas técnicas y diseños contemporáneos. La labor de tejer le permite a las mujeres poder trabajar en sus casas en su propio horario, por lo que la estructura de sus vidas no cambia. La filosofía de Gone Rural se basa en pagar a sus artesanas el doble del salario mínimo en Suazilandia: por cada artículo vendido, entre el 40 y el 48% del precio al por mayor regresa como salario a la mujer que lo hizo. Estos ingresos ayudan a elevar la condición de las mujeres y el control sobre los recursos en sus hogares. “El 90% de nuestras mujeres indican ser las principales responsables de las decisiones en su casa económicamente, frente a un 38% a nivel nacional,” precisó Julie.

Al igual que muchas otras mujeres en Suazilandia, Sibongile Zwane aprendió a tejer de su madre, quién a su vez había aprendido de su abuela. Con tres hijos que atender, Sibongile necesitaba hallar una vía para aumentar los ingresos de su familia. Así fue que comenzó a trabajar como tejedora para Gone Rural hace siete años, y pudo aprender nuevas técnicas y diseños que ampliaron sus habilidades. Cuando Gone Rural decidió crear un Consejo de Artesanos en 2009, Sibongile fue electa como líder del grupo en representación de su comunidad. Los miembros de este Consejo reciben capacitación en habilidades de liderazgo y tienen potestad para emitir criterios sobre cómo debe dirigirse la empresa. Igualmente, está a cargo de la dirección estratégica de boMake, una organización sin ánimo de lucro que Gone Rural creó para mejorar el bienestar social de las comunidades de sus artesanos. El verdadero secreto detrás del éxito continuado de Gone Rural radica en asegurar que mujeres como Sibongile tengan voz y espacio en la mesa de decisiones.

“Lo que estamos haciendo es trabajo con dignidad. No se trata de dar dádivas a mujeres pobres. Estas mujeres son unas artesanas increíbles, fuertes y talentosas y el trabajo que hacen lo hacen para poder mejorar. Si ellas no produjeran esta clase de artículos bellos, no tendríamos nada que vender al resto del mundo. Son sus habilidades y su fortaleza lo que hacen esta empresa”.